X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA
TAULA DE CANVIS

Transparencia urgente en la Fórmula 1

19/09/2011 JOAQUIM CLEMENTE

VALENCIA. La celebración en Valencia del Gran Premio de Europa de Fórmula 1 está rodeada de sospechas mucho antes de que los bólidos rodaran por primera vez en el circuito urbano de la capital. El poco edificante compadreo entre un empresario tan receloso de los procesos democráticos como Bernie Ecclestone, con el entonces presidente de la Generalitat Francisco Camps y la alcaldesa Rita Barberá tuvo su punto álgido el día en que se anunció el acuerdo.

En puertas de las elecciones autonómicas de 2007, los tres protagonizaron un vergonzante acto en el que -y esto se ha recordado poco- los responsables del gabinete de comunicación del presidente tuvieron que borrar a toda prisa cualquier referencia a la Generalitat de los decorados del Palau de les Arts ante la posibilidad de que la Junta Electoral afease la conducta de todos los allí presentes.

Volveré sobre ese día, pero antes resumamos: desde entonces todo lo relacionado con la Fórmula 1 ha estado envuelto de secretismo, amparado en una confidencialidad impropia de una Administración pública, con dinero que salía de las arcas de la Generalitat por cualquier vía posible: la consellería de Infraestructuras, las sociedades Proyectos Temáticos o Circuito del Motor, negativas a mostrar los acuerdos, promesas de coste cero evidentemente incumplidas y con un actor invitado que no hay que perder de vista: Valmor Sports.

Volvamos al día del acuerdo. La Generalitat, tras meses de negociaciones con Ecclestone, preparó un acto para presentar el acuerdo. Su logotipo estaba en las traseras del escenario dispuesto para la ocasión. Pero a alguien se le encendió la luz de alarma. ¿Era aquello un acto electoral? ¿Puede la Generalitat firmar un acuerdo multimillonario sin seguir los cauces propios de la contratación pública? Las preguntas se borraron con un bote de pintura negra (aquí pueden ver la secuencia). Desapareció cualquier mención al Gobierno autonómico de ese decorado.

Y así empezaron los elogios y las alegrías por el acuerdo hasta que Ecclestone, sin inmutarse, soltó su lapidaria sentencia: "Este pacto solo es valido si Francisco Camps gana las elecciones". Lo dijo sin matices y sin ruborizarse. Se lo puedo asegurar porque estuve allí y lo vi y oí en directo. Todo lo que vino después fueron paños calientes.

Como lo fue también la aparición súbita de Valmor Sports, una empresa surgida de la nada que fue la que, realmente, firmó el contrato con Formula One Management o con alguna de las filiales de Formula One Group, el entramado de Ecclestone. ¿Cómo saberlo si nunca se ha enseñado? Y así, lo que había negociado la Generalitat, de repente, se lo llevaba una empresa creada a la orden de ya por Fernando Roig, Jorge Martínez 'Aspar' y Bancaja a partes iguales.

¿Cómo se produjo esa transferencia? Pues no se sabe. Como tampoco se ha explicado la repentina vocación del azulejero y presidente del Villarreal por organizar grandes premios de Fórmula 1 o de Bancaja, capitaneada por José Luis Olivas, por entrar en ese negocio. De las vinculaciones de 'Aspar' con el deporte del motor algo más se sabe, si bien de él también cabrá hablar en su momento.

Pero ahí estaban como un solo hombre los tres con la sospecha -confirmada en privado por tantas fuentes como era necesario- de que la orden de asumir el contrato de la F1 les llegó directamente de la calle Cavallers y que lo hicieron sin mayor problema. Al final, aquello era un buen negocio. ¿O no?

Pues no. Los 17 millones de euros de canon comprometidos por cada año -se pactaron siete- fueron una losa demasiado pesada para Valmor que no encontró ni patrocinios ni espectadores suficientes para obtener ingresos que lo compensasen, y eso que los gastos de construir el circuito urbano por la dársena corrieron a cargo de la Generalitat (más de 100 millones, aunque seguir la pista del dinero gastado es más complicado que el watergate). Y así ya el segundo año se retrasaron en el pago y Ecclestone, que no es precisamente un junco, advirtió que o le pagaban o se acababa la fiesta.

Y entonces llegó la Generalitat al rescate de la empresa y del Gran Premio y asumió el pago del canon y de lo que hiciese falta. Valmor, lejos de ser expulsada al averno de los incumplidores, se presentó como una víctima y siguió (pareció incluso que a su pesar) oficialmente como organizadora de la carrera.

Pero la cosa no acabó ahí. Valmor reconoció pérdidas superiores a los diez millones de euros en el último ejercicio en que ha presentado cuentas (el año pasado aún no consta en el registro mercantil). Y sus deudas crecían. Entre sus acreedores, la Generalitat, a quien la empresa de Roig, Aspar y Bancaja le adeuda 12 millones de euros.

Se trata de dinero prestado por el Consell a la empresa para que cumpliera con sus compromisos antes Ecclestone. Ante esto, cabe preguntarse: ¿Qué invirtieron los accionistas de Valmor en el negocio? ¿Acaso tenían el compromiso de que no les costaría un céntimo de su bolsillo? ¿Cuáles son las condiciones de aquel traspaso del contrato con Formula One Management de 2007? ¿Están por escrito o son solo verbales? ¿Quién las asumió?

Estas últimas preguntas nos las podemos plantear legítimamente a la vista de los hechos y porque el oscurantismo con que se ha llevado todo lo relacionado con el Gran Premio de Europa no hace si no abundar en la sospecha.

Y con todo escenario llegamos a este domingo, cuando el diario El Mundo publicó que la Generalitat estudia comprar Valmor Sports a través de Circuito del Motor y Promoción Deportiva, la empresa creada en su día para gestionar el trazado de Cheste y que se ha convertido ya en un cajón de sastre de gasto público, como explicó el periodista David Blay en su columna de la semana pasada en este periódico.

¿Qué explicación creíble, más allá de compromisos inconfesables adquiridos en su día, tiene esta operación? ¿A quién beneficia? ¿Qué clase de inversión cierta es aquella en la que los empresarios no arriesgan nada y a la primera que tienen problemas lejos de poner dinero de su bolsillo le endosan el problema a la Generalitat?

Si en el fondo lo que se plantea es una capitalización de la deuda -conviritiendo esos 12 millones en acciones de la empresa- lo primero que habría que preguntarse es qué estamos comprando todos los valencianos más allá de una empresa mampara. Lo que esconde es algo que el Consell de Alberto Fabra debería desvelar sin dilación. Al fin y al cabo, la transparencia que ha prometido no necesita de ningún consenso. Se ejerce porque se cree en ella.

CAIXA DE GROS

Lo de los acontecimientos deportivos celebrados al calor del dinero público, ya que estamos en ello, es un asunto a estudiar. Este periódico hizo la semana pasada las cuentas sobre lo comprometido por el Consell en este tipo de grandes eventos tan queridos por el anterior ejecutivo autonómico. Que se vea a simple vista, 118 millones de euros en cánones y patrocinios.

Dijo el conseller de Hacienda, José Manuel Vela, hace también unos días, que este era un capítulo a recortar, y apuntó tímidamente al Open 500 de tenis o al Grand Slam de hípica. No tardaron ni una semana en contradecirle. De hecho, como explicó ValenciaPlaza.com, el tenis tiene apalabrado el patrocinio para las tres próximas ediciones.

Más transparencia urgente: ¿Qué compromisos hay firmados? ¿Acaso si se cancelan esos contratos de patrocinio o de partenariado nos costaría más aguantar el tirón? En resumen, ¿están blindados?

CAIXA DE MENUT

Y un par de líneas para terminar. Como la cosa va de deportes, ahí va otro apunte, pero esta vez positivo. A ver si va a resultar que apretándose el cinturón al máximo el Valencia CF (colíder en estos momentos de la Liga) y el Levante UD (orgulloso vencedor de su enfrentamiento contra el Real Madrid) alcanzan cuotas deportivas más ilusionantes que cuando derrochaban dinero a espuertas. En todo caso, a disfrutar de la situación actual.

Comparte esta noticia

1 comentario

izaskun García Azcarraga escribió
31/12/2012 10:01

Mire Sr. Clemente, si me lo permite, la circunstancia de que en Valencia se PLANIFICARAN y GESTIONARAN inadecuadamente “algunos” Centros Temáticos y Eventos NO los invalida ni descalifican como lo demuestra el que se sigan construyendo y celebrando en todo el mundo, ¿por algo será, o no?. También le quiero hacer notar algo, que ya en algún otro comentario vaticine con respecto a la F-1, (de la que naturalmente no tengo ni idea), y es que los catalanes no están dispuestos a perderla ni un solo año, según declaraciones recientes del director del circuito en Barcelona. ¿por algo será?, En definitiva, que pese a que mucha gente en nuestra Comunidad sigue utilizando este sector para hacer oposición política y responsabilizarle de todos los males autonómicos, este sector sigue siendo FUNDAMENTAL para mantener la UNICA industria que sigue aguantando la crisis, el turismo y como recientemente ha indicado el Ministro, es de las principales “fortalezas” (sino la 1ª), que España tiene para salir de la crisis. Y en mi modesta opinión hay que tener cuidado porque con tantas críticas locales, se puede estar “provincializando” un sector que debe planificarse y gestionarse para atraer básicamente visitantes de fuera, ya sabe lo que dice el refrán, “No se puede pensar a lo grande y actuar a lo chico.”Un saludo.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad