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VALENCIA (VP). Salvador Bayarri no se considera 'empresario innovador de éxito' pues afirma que junto a sus socios está "aprendiendo a ser empresario", sin embargo, el éxito tecnológico es ya un logro realizado. Bayarri dirige Mirage Technologies, la envidia de gigantes como Sony, Toshiba, LG, Samsung o Philips en el terreno del software en tres dimensiones, la actual batalla del audiovisual.

La empresa valenciana desarrolla una tecnología capaz de convertir de forma automática imágenes estereoscópicas -en tres dimensiones o 3D- a imágenes autoestereoscópicas, es decir, que pueden visualizarse en 3D a simple vista, sin necesidad de utilizar gafas específicas. Desde su oficinas en el Parque Científico de la Universidad de Valencia son la única compañía en el mundo que ofrece este servicio de conversión.

Su tecnología aplicará en breve para mostrar al público el proceso de desmantelamiento, por parte de Enresa, de la Central Nuclear de Zorita (Guadalajara) y su reconversión en centro de interpretación de ésta, que fue la primera central nuclear española. Utilizarán también este sistema de pantallas autoestereoscópicas el Museo Nacional de la Energía, en Ponferrada, para mostrar los procesos de generación de energía en el Sol. Los desarrollos de Mirage se han utilizado en eventos empresariales -como Ausonia- y turísticos -stand del Patronato de Turismo de Valencia en FITUR-, y se encuentran instalados en el Centro de Innovación para la Formación Profesional del País Vasco (Tknika) y diferentes universidades españolas.

Además de la digitalización 3D, la compañía se adentra en terrenos dignos del imaginario de una obra de Steven Spielberg. En su último proyecto incorpora la posibilidad de que el público interactúe con los contenidos mediante gestos, "e incluso se integre dentro de la propia escena 3D", utilizando una tecnología de muy bajo coste, como Microsoft Kinect.

La start up colabora con grandes empresas internacionales intercambiando productos y servicios. Aunque por la obligada confidencialidad del sector innovador, no pueden hacerse públicos los nombres, el ingeniero admite que su tecnología de conversión "ha impresionado a los fabricantes de electrónica y las empresas de medios audiovisuales".

Mirage Technologies nació del trabajo de cuatro socios con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de soluciones de visualización 3D mediante tecnologías innovadoras. Juntos desarrollaban un sistema de información geográfica 3D para la Generalitat Valenciana. "En ese momento estaban saliendo al mercado las primeras pantallas para visualización 3D sin gafas, pero tenían un uso especializado y muy limitado. Nos dimos cuenta de que con nuestra experiencia y conocimientos podíamos convertir este tipo de sistemas en algo práctico y, a medio plazo, de uso masivo. La clave para conseguir esto estaba en el software, que era nuestro punto fuerte. Comenzamos a pensar en crear una empresa, y hace dos años nos lanzamos a la aventura".

LA DIFÍCIL AVENTURA DE EMPRENDER

Son profesionales ligados a diferentes institutos de investigación, como el Instituto de Robótica y Tecnologías de la Información y la Comunicación (IRTIC) de la Universitat de València, o el Instituto de Automática e Informática Industrial de la Politécnica de Valencia, entre otros. Sus herramientas de creación de contenidos 3D multivista les hicieron merecedores del ‘Premio Vivero' en su última edición de SIMO 2010, un reconocimiento a jóvenes empresas de base tecnológica y potencial impacto de mercado que concede cada año SIMO Network, el mayor evento tecnológico internacional del país.

Una aventura, que no ha estado exenta de dificultades. Salvo una ayuda para adquisición de equipos de desarrollo del Impiva con fondos Feder no han recibido ningún tipo de financiación externa. De hecho ganaron una ayuda Neotec del CDTI que no pudieron activar por falta de financiación adicional, algo "muy frustrante", lamenta Bayarri. "Pensamos que en España no hay mecanismos adecuados para financiar startups en la fase semilla".

Respecto a los bussiness angels valencianos, su experiencia no es mejor. "Los fondos disponibles son pequeños y la capacidad de asumir riesgo también. Se invierte solamente en proyectos con unas características determinadas. Pensamos que hay un cambio cultural pendiente, no solo en la Comunidad, sino en España y Europa. Los nuevos empresarios tenemos que prepararnos mejor para responder a las demandas de los inversores, pero con nuevas tecnologías es difícil disponer de las previsiones y la relativa seguridad que se pide".