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Telefónica y el emotivismo como práctica periodística

CARLOS DÍAZ GÜELL (*). 04/05/2011 "En el mundo de la empresa mandan los accionistas, la cuenta de resultados y la gestión. Mezclar otros conceptos puede conducir a la demagogia y al populismo..."

MADRID. Los adjetivos se agotaron y una buena parte de los “líderes de opinión” recurrieron al fondo de armario en busca de descalificativos para definir la decisión de Telefónica de suprimir hasta un 20% de los puestos de trabajo de la filial española, principalmente en el negocio de la telefonía fija que está de capa caída como consecuencia del empuje de la telefonía móvil. Ni un solo argumento de gestión empresarial en los razonamientos de tertulianos y articulistas y hasta el gobierno, a través de su ministro de Trabajo, afirmaba que no es un buen momento para producir ajustes de plantilla "en un tamaño tan importante".

Ni una previa ojeada a los libros de texto para refrescar conceptos tales como que la reestructuración de plantillas es la fórmula principal para regular los excesos de capacidad instalada o que en tiempos de crisis las reestructuraciones no se hacen para ganar eficiencia –que también-, sino por mera supervivencia, aunque es igualmente cierto que muchas empresas ven la oportunidad para “reducir grasa”, sin poder justificar causa objetiva suficiente. No es el caso, simplemente se recurrió a la emotividad y ésta no está contemplada como metodología en la cuenta de resultados.

Los EREs, hasta que no se demuestre los contrario, son un instrumento legal y hay ocasiones en que no hay más remedio que acometer una serie de medidas para asegurar tanto la continuidad de los trabajadores como la competitividad de la empresa en el mercado. En el caso de Telefónica los números no dejan paso a las emociones, ya que de los casi 32.000 trabajadores que la compañía tiene en España, 28.000 son del negocio fijo y 4.000 del negocio móvil. El negocio fijo gestiona en conjunto 13,5 millones de líneas, mientras que el negocio móvil da servicio a más de 24 millones. La desproporción es más que evidente y la necesidad de racionalizar la dimensión de la plantilla, también.

En Brasil, país locomotora de la multinacional española y con unas cifras de clientes y negocio equiparables a las de España, la plantilla de Telefónica no supera los 10.000 empleados. La desproporción es evidente y la necesidad de que lectores, oyentes o televidentes conozcan todos los datos, parece algo razonable. Si entramos en el mundo de la competitividad, tan necesitada por la economía española, y si comparamos a la empresa presidida por Alierta con sus competidores directos en España, Telefónica tiene más del doble de empleados que el resto de los operadores de fijo, ADSL y móvil juntos. Así es imposible competir por mucho sentimiento que ponga.

Existen mil y una razones empresariales en donde sustentar la decisión tomada por Telefónica y prueba de ello es el silencio de los sindicatos y no resulta legítimo señalar que todo esto va con cargo al contribuyente porque los EREs, en este caso, salen de los beneficios de la compañía que debe provisionar un porcentaje para hacer frente a esos gastos. No está siendo así en el resto de los ajustes de plantillas que se están realizando o están en vías de realización en el panorama español.

El caso de las cajas de ahorro en proceso de reestructuración es paradigmático al emplear parte de los fondos recibidos a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para acometer los miles de prejubilaciones como resultado de los procesos de concentración. Pero lo que resulta del todo punto censurable es la postura crítica adoptada por profesionales procedentes de la televisión pública y que se vieron afectados/beneficiados por el ERE acometido por la RTVE que se deshizo de más de 4.100 trabajadores, con un coste para el Estado de 1.300 millones de euros.

Si a eso unimos que poco después de la “limpia” fue aprobada la Ley de Financiación del ente público que supuso la retirada de la publicidad en sus cadenas y la entrada de dinero fresco para financiar RTVE gracias, entre otras, a la tasa del 0,9 por ciento de los ingresos de las compañías de telecomunicaciones, se puede entender el “chingue” de Telefónica. El emotivismo periodístico se engrandecía en la medida en que se vinculaba los recortes de plantilla de España con el plan de retribuciones a directivos y ello salía de medios que han sufrido y están sufriendo fuertes recortes de plantilla y suculentos repartos de comisiones como consecuencia de operaciones financieras que buscan la viabilidad del negocio.

En el mundo de la empresa mandan los accionistas, la cuenta de resultados y la gestión y mezclar otros conceptos puede conducir a la demagogia y al populismo. Finlandia ha recibido de forma bien distinta el anuncio de Nokia de 4.000 despidos y 3.000 subcontrataciones hasta 2012 que se unen a otros ajustes que la empresa lleva haciendo desde que comenzó la crisis.
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Post-it Emotivismo.
Corriente metaética que afirma que los juicios de valor son emanados de las emociones individuales y que éstas tienen como objeto persuadir a los demás para que sientan lo mismo, intentando lograr que personas distintas valoren de forma idéntica lo que se observa. Se induce de esto que el emotivismo no utiliza medios racionales para demostrar su validez, de hecho prescinde de la misma utilizando sólo las emociones y su espontaneidad como medios para conocer la verdad moral.
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(*) Carlos Díaz Güell editor de la revista 'Tendencias del Dinero'

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2 comentarios

asert escribió
05/05/2011 12:22

Bien dicho, que le den a los empleados de estas empresas que llevan muchos años trabajndo en ellas. Lo importante es el dividendo al accionista y que los gerentes nombrados por amigos y que estoa gerentes nombren a su vez a estos amiguetes consejeros de las empresas. El gerente cobra 15 millones de euros y eL consejero ( exministro de trabajo que aprobo otro ERE) 3 millones. Esto si que es crear riqueza y a los trabajadores aplicarles un ERE para así subcontratar a otros que cobren la cuarta parte y no tengan ninguna garantia ni derecho laboral. VIVA EL CAPITALISMO A SACO.

bald escribió
04/05/2011 10:35

ya es hora que alguien diga lo que hay ,,, que el ERE de Telefonica lo paga la propia empresa. Asi es.

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