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VALENCIA CF 0-2 VILLARREAL CF 

Lim ve en primera persona el fracaso del equipo que ha construído

2/05/2016 - 

VALENCIA. El máximo accionista del Valencia CF, Peter Lim, regresó a Mestalla después de cuatro meses sin aparecer por el palco privado que personalizó en el estadio valencianista cuando adquirió la mayoría accionarial del club. El tres de enero en el partido ante el Real Madrid había sido el último duelo que el singapurense había vivido en el estadio. 

Regresó ante el Villarreal, tras varias intentonas fallidas por mera recomendación de la gente que él considera de su confianza en la entidad valencianista. Lo hizo con el equipo fuera de peligro y para presenciar un partido que a priori se presumía atractivo para al menos vencer al rival más importante de la Comunidad Valenciana, y poder maquillar en algo la que con total seguridad se convertirá en la peor temporada de la historia del club en una Liga de tres puntos. 

Sin embargo, Peter Lim vivió en primera persona lo que el valencianismo se ha tragado durante los últimos nueves meses. Un grupo de futbolistas incapaces de comprender lo que significa jugar en un club como el que representan y otro entrenador arrasado por ese grupo de peloteros que anoche decidieron irse de vacaciones porque la salvación se había conseguido después de encadenar tres victorias seguidas hacía diez días. En definitiva, un colectivo viciado, muy bien pagado y que no ha estado a la altura que de ellos se esperaba. 

El asiático vio lo que hay. No fue nada diferente. Fue el equipo que se ha arrastrado durante toda la temporada en todas las competiciones. Un equipo que jamás ha sido equipo y un club sin una gestión seria como la que necesita cualquier entidad de élite. Esa gestión, del señor Lim, es a todas luces la responsable del ridículo histórico de la entidad. 

Enfrente todo lo contrario. Enfrente hubo un equipo. Un señor equipo. Un buen entrenador. Todo eso amparado por un buen proyecto y una gestión seria y profesional en todas sus áreas. Eso normalmente también se ve en el césped. Y ayer se vio. Porque con diez teóricos suplentes los castellonenses se llevaron por delante al Valencia CF. Le pasaron por encima del uno al noventa y con la sensación en el respetable de que si los amarillos hubieran querido, hubieran humillado a los del Mestalla. Pero no apretaron, les sirvió con aguantar el cero a dos de la primera parte que les daba el billete para la previa de la Champions de la próxima temporada.

El mismo premio que el pasado curso el propio Lim celebró junto al valencianismo en Almería. En apenas 12 meses se ha caído todo. No queda nada de aquel equipo que comandaba el argentino Otamendi y entrenaba Nuno. El primero fue vendido y el segundo destituido por sus destructivas ansias de poder que le devoraron a él mismo. El proyecto ha dado muchos pasos atrás y se encuentra en periodo de reflexión. Es momento de decidir hacia donde se camina. 

Lim decidió un cambio de rumbo y Lim debe decidir hacia donde se dirige ahora. Su intención de construir un club ganador y competitivo está muy lejos de ser una realidad. Mestalla le despidió con pañuelos y pitos de los pocos miles que aguantaron. La ilusión de la gente ha desaparecido y sólo el asiático tiene en su poder tomar las decisiones que marcarán el destino de la entidad. Ayer debió darse cuenta de que utilizar el club con amiguismos y poca seriedad te lleva al ridículo pese a haber gastado varios cientos de millones de euros en futbolistas. El próximo entrenador espera. Por ahí comienza la recuperación o el fracaso total de Lim. 

El siguiente paso se ha producido esta noche con una cena en la que Peter Lim ha estado junto a Layhoon y el director deportivo del Valencia CF, Suso García Pitarch, y va a ser el triángulo por el que van a pasar las próximas decisiones sobre el club.

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