Lim deshoja la margarita en plena crisis

VALÈNCIA. Esperar a que pase el encuentro ante el Athletic, hacer viajar a dos ejecutivos hasta Singapur, primero una cena con el propietario y finalmente la reunión en la que se decidirá si hay cambio -o no- en el banquillo, para posteriormente comenzar las negociaciones con el elegido en cuestión para ver si hay acuerdo. Todo este nuevo vodevil está en marcha, sin ninguna prisa por parte de Peter Lim, mientras el equipo continúa hundiéndose en la clasificación de LaLiga con un sinfín de problemas.

A nadie debería sorprender la parsimonia y el poco interés con el que el propietario se toma el presente y el futuro del Valencia CF, habida cuenta de sus declaraciones en mayo de 2021 al Financial Times: "Es algo en lo que soy bueno (los negocios). Luego, me despierto y soy dueño de un club de fútbol, pero no sé nada más". Es evidente que el carácter megalómano del propietario de la entidad de Mestalla conduce a que sus tiempos estén por encima de las necesidades de la entidad. Todo esto se solucionaría con una videoconferencia pero forma parte de su idea de grandeza entender que se es dueño del tiempo.

Mientras tanto, la realidad es que el Valencia se juega la vida el próximo lunes rodeado de incertidumbre. Con un técnico que parece estar deseando que lo releven del cargo, con un equipo en plazas de descenso desde el pasado viernes, con ausencias por sanción (Castillejo) y por lesión (Cavani), y con una finalísima el próximo lunes por la permanencia ante el Getafe, el valencianismo aún no sabe si en el Coliseum será Voro el entrenador, o si se llegará a tiempo de que -caso de un hipotético relevo en el banquillo- el nuevo técnico tenga tiempo para cambiar cosas en puertas de un encuentro vital.

La incertidumbre es absoluta y con Lim al frente, no se descarta ningún escenario. Partiendo desde el más inmovilista, que pasaría por la continuidad de Voro en el banquillo. Pasando por el más personalista que sería el relevo de Voro y la elección por parte de Lim del sustituto -siempre alguien de la cartera de su socio y amigo Jorge Mendes-. E incluso que atienda los nombres que le lleve Corona. Y ahí se puede decantar por la opción que priorice el director técnico, o por la que menos dinero le cueste a Lim (nada descabellado, teniendo en cuenta la desinversión que lleva haciendo efectiva desde el verano de 2020).

El caso es que en medio de la peor crisis en 40 años que sacude al Valencia CF la incertidumbre en cuanto a la toma de decisiones es alarmante. Nadie sabe que va a ocurrir (y viendo las palabras de Lim, es posible que él tampoco lo sepa). Al fin y al cabo los dramas deportivos a 11.000 kilómetros de distancia son menos dramas.