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opinión

Junio, ritmos especiales y el Mestalla

De las alegrías que esperamos culminen con el ascenso a Segunda, tan raro y novedoso como fue ganar una liga en Primera para este que les escribe. Pero no dejemos de perder la perspectiva. La razón de ser del Mestalla es nutrir de jugadores el primer equipo...

14/06/2017 - 

VALENCIA. Junio está en su esplendor máximo. Los escolares ya huelen sus vacaciones. Los padres de los escolares temen esos días que bailan entre el final del curso y el inicio de las escuelas de verano y se afanan en buscar opciones de urgencia. Son esos días en los que el tiempo parece pasar muy despacio, porque hueles el final si eres un peque y lo adivinas si eres un adulto con fichaje de ocho a tres. Porque si eres autónomo, solo hace más calor.

Y parece que no pasa nada. La laxitud incluso en el vestir hace que la urgencia sea solo una palabra. Podemos sentarnos en una terraza a ver la vida pasar, experimentar con comidas frías y abrazarse a siestas casi eternas con las persianas bajadas. Nada se mueve, nada pasa.

Menos en el fútbol.

El fútbol no entiende de calores. En todo caso de sudores cuando lleguen las vacaciones de los curritos como usted y como yo. Cuando abracemos el chiriguito playero o el bar del pueblo, la plantilla ya andará poniendo en forma la maquinaria para empezar a buscar el camino que no se debió abandonar nunca. Pero la pregunta es ¿Qué plantilla? Llevamos casi un mes con la Primera finalizada y poco movimiento concretado y sí mucha lista. Servidor, hace unos años, se anotaba en una libreta todos los jugadores que, desde un canal u otro, se asociaban al Valencia. Alex Martínez, en su cuenta de Twitter @Alex14Official, se está marcando un hilo a modo de mi vieja libreta. Y la cosa va camino del escándalo, de lo largo que es. 

Y podemos ver la botella medio llena o medio vacía. Medio llena implica que hay trabajo previo, que hay curro del medio que destapa el rumor, o filtración interesada, y que es cuestión de tiempo que comiencen las presentaciones de jugadores. Medio vacía implica que se dispara con balas de fogueo, que no hay la ansiada carta blanca por la que Mateo ha venido y que esto es el Día de la Marmota con ligeros matices como que hay un entrenador de verdad. Y la falta de pan de verdad nos obliga a realizar encendidos debates sobre si un australiano valía o no para defender el arco que otrora defendieron tipos como Pereira, Manzanedo, Sempere, Ochotorena, Zubi o Cañizares, una vez decidido que se marcha por no tener asegurada la vitola de titular. Cuando él mismo demostró, vía verbo, que no era apto para defender el arco blanquinegro.

Quizá debería fijarse en lo que pasa en el piso de abajo. La dinámica del Mestalla de Torres, las ganas y el coraje del que siente algo cercano a entrar en la historia es más acicate que cualquier otra cosa. Y de eso nos toca vivir en este desierto de competición. De las alegrías que esperamos culminen con el ascenso a Segunda, tan raro y novedoso como fue ganar una liga en Primera para este que les escribe. Pero no dejemos de perder la perspectiva. La razón de ser del Mestalla es nutrir de jugadores el primer equipo. Y sí, veo bien que veteranos en la categoría refuercen al filial porque, entre otras cosas, los llantos de los derrotados son divertidos y su argumentario cogido con pinzas, más aún. Pero el ascenso ya está conseguido. Ya se observa que hay jugadores que tendrán oportunidad de verdad de poder mostrarse en escenarios de mayor enjundia, con otros rivales y con más cámaras y ojos observando. Y ese es el verdadero triunfo. Decía Don Ricardo Arias en una entrevista de esta semana en Las Provincias, aunque alguna otra vez se lo había oído ya, que el portero y la defensa han de ser de la casa, con compromiso y ese plus de no esconder la pierna que parte de querer al escudo de verdad. Pues hay, parece, una hornada que podrá estar por delante de exóticas contrataciones para poder crecer, para poder meter la pierna sin miedo y asentir que esta camiseta si la merecen. Murcia y Albacete, viejas plazas de Primera, son un excelente termómetro para comprobar de la pasta que están hechos los cachorros que vienen desde abajo exigiendo a los de arriba.

Y así acabamos por esta temporada. Con miles de interrogantes. Con tramas abiertas y tensión sexual no resuelta. Atrapando al espectador. Como si de su serie favorita se tratase. Espero verles a todos a la vuelta. Tengan buen verano.

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