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las bajas, los posibles traspasos y el plan de baraja afecta a varias demarcaciones

El Valencia, obligado a reforzarse en todas sus líneas

24/06/2023 - 

VALÈNCIA. Si de la plantilla que acabó la temporada comenzamos a restar efectivos, el plantel que queda (por mucho que se recuperen futbolistas cedidos) sale muy menguado de efectivos y también de calidad. Al respecto de la plantilla que finalizó la temporada 22/23 en el Valencia hay que restar a 4 de los 5 cedidos que acaban contrato (Nico, Lino, Ilaix y Kluivert), además hay que añadir en esta lista a Toni Lato y Iago Herrerín que acaban contrato y no van a continuar. Esos 6 son fijos.

Pero es que además, el Valencia CF cuanta con hacer mínimo un par de traspasos (Mamardashvili se da como el mejor colocado en ese sentido). Y por si todo ello fuera poco tanto el club (por sus fichas) como el propio Baraja (por renovar el vestuario) quieren dar salida a un núcleo de entre 3 y 5 futbolistas (entre los que están Cavani, Castillejo, Marcos André, Gabriel o Hugo Duro).

Más allá de la cuadratura del círculo de aspirar a reconstruir una plantilla sin invertir más dinero que una parte del que se pueda recoger en traspasos que no dejarán mucho dinero en caja (Lim se niega a dar cartas de libertad de jugadores adquiridos en propiedad que acaban sumando más pérdidas todavía), la complicación se centra en tener que buscar recambios para mejorar lo existente cuando hay que atender a todas las líneas.

A la portería, porque pese a estar bien cubierta con Georgi Mamardashvili, la realidad de los hechos apunta a que el traspaso de más cuantía con el que Meriton espera hacer caja es con el del portero georgiano. Así que con Jaume tras una grave lesión y un Rivero que parece haber perdido el tren de la élite es una temeridad afrontar la temporada.

Para la línea defensiva cuentas en un principio con Thieryy y Foulquier para la derecha, Gayà y Jesús Vázquez para la izquierda y con overbooking para la línea de centrales entre los 4 de la primera plantilla (Gabriel, Diakhaby, Cenk y Cömert), el que vuelve de cesión (Jorge Sáenz) y los que vienen de abajo: Mosquera, Iranzo, Tárrega. A estos se les podría aádir las dudas de Facu González y de Yarek. No se descarta ninguna salida por traspaso (se escuchan ofertas por todos), y a Baraja no le importaría prescindir de Gabriel. El problema viene al comprobar que no hay un sólo central (si saliera el brasileño) con jerarquía para actuar desde el eje de la zaga.

Para el centro del campo tienes seguros a Guillamón, Yunus, Javi Guerra y André Almeida, y vuelven de sus cesiones Koba Lein y Racic. El neocaledonio ha dado la impresión más de estancarse en su cesión al Oviedo que de progresar y cubrir una etapa en su formación. El serbio ha completado una temporada aceptable en su préstamo al Braga, pero no es la primera vez que da un nivel en el fútbol portugués (ya le ocurrió en el Famalicao en la 19/20) y luego se pierde en el campeonato español. Se habla de una posible salida de Yunus (mercado complicado tras su floja temporada) y Almeida es un producto de la factoría Mendes por el que no nos debería extrañar que llegaran ofertas en las próximas semanas. Así que es muy posible que se pueda pensar en un medio centro dada la marcha de Nico González que acabó dando equilibrio a la zona ancha junto con Javi Guerra en el tramo final del campeonato. De ahí a que se pueda conseguir uno de garantías, ya es otro debate.

En la zona atacante ahora mismo, la plantilla cuenta con Cavani, Castillejo, Marcos André, Hugo Duro, Fran Pérez Diego López y Alberto Marí. Entre fichas altas y poca implicación en el tramo final de la temporada no parece descabellado pensar que sólo los tres últimos (los canteranos) tienen sitio en el proyecto que a futuro pretenden tanto club como entrenador. El problema viene a la hora de encontrar ofertas por futbolistas como Cavani, Castillejo o Hugo Duro ya que difícilmente van a encontrar un destino en el que se les abone una ficha como la que tienen en Mestalla. Además, la economía del club no se puede permitir darles la carta de libertad abonando lo que les queda por percibir de contrato a cada uno, así que la reestructuración en la zona de arriba se antoja complicada. Si se pudieran dar salidas, la delantera también sufriría una evidente metamorfósis.

Con menos fair play financiero de margen y una revolución pendiente se hace complicado pensar que puedan cuadrar las voluntades de propietario, entrenador, y la de algunos futbolistas con los que no se cuenta. De encajar las piezas del puzzle, el club debería reforzarse en todas las líneas. Al menos es lo que dice la teoría. Luego el mercado y la propiedad, dictarán la realidad de los hechos.

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