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opinión politizada / OPINIÓN

Anclado en el pasado

21/12/2022 - 

VALÈNCIA. Miguel Ángel Corona salió a la palestra esta semana, para sorpresa de propios y extraños, y nos dejó un extenso carrusel de declaraciones a diseccionar. Quizá la más llamativa, para aquellos que preferimos habitualmente la pelota a la política de despachos, sea la referente a su concepción del puesto de mediocentro de contención, que según el flamante director técnico del Valencia está más que bien cubierta esta temporada en las figuras de Hugo Guillamón y Nico González.

Cita textual (diario Marca, 19 de diciembre): “Creo que ese tema se nos ha quedado anclado en el pasado y no hemos pasado página, cuando creo que la hemos solventado. En cuanto a lo que es el pivote defensivo nosotros tenemos dos jugadores para un puesto, lo normal: Hugo Guillamón y Nico. (...) En esa posición para mí no hay debate."

De nada sirve que llevemos toda la temporada viendo como la mayoría de los partidos y puntos que se le han escapado al Valencia hayan pasado por la disolución de la medular como un azucarillo en los momentos ‘calientes’ de cada jornada. O que esa posición sea absolutamente clave en el fútbol moderno y tengas a dos chavales de 22 y 20 años como únicos ocupantes, con el claro déficit de experiencia y cuajo que eso conlleva. O que el club, durante el tiempo que ha estado Corona formando parte de la secretaría técnica, haya descapitalizado esta demarcación con las salidas –en este orden- de Coquelin (verano de 2020), Kondogbia (noviembre de 2020) y Daniel Wass (enero de 2022). En la mayoría de ocasiones, contraviniendo las necesidades del entrenador de turno en cada caso.

Aprovecho aquí para adelantar un pequeñísimo extracto de la charla con José Bordalás que próximamente estará disponible en Veus Fé-Cé: “¿Wass? Yo pedí que no se marchara. Todos lo sabéis, lo dije en aquel momento. Le trasladé al club en numerosas ocasiones que no se fuese. Nos hizo mucho daño (su marcha). No sabes lo que hubiera pasado, pero en una final como la de Sevilla un jugador como Daniel Wass nos hubiera venido muy bien”. Pero claro, el año pasado el entrenador no era de la cuerda y no había necesidad de cumplir con sus peticiones. Gennaro Gattuso, por fortuna para él mismo y para la plantilla, sí lo es.

De verdad, no tengo nada personal contra Corona. Es un empleado del club, y como tal, debe caminar sobre el delgado alambre de cumplir con sus funciones asignadas mientras trata de molestar lo menos posible a la propiedad y no llamar demasiado la atención. ¿Cómo no entenderle, si cada uno de los individuos que han destacado en los últimos 8 años por algún aspecto positivo dentro de la entidad han sido pasados por la espada poco después? Objetivo: supervivencia. Y, en ese contexto, si hay que afirmar que el puesto de ‘6’ está bien cubierto, pues se afirma. Y a otra cosa, mariposa.

El problema de apariciones mediáticas como la suya –más allá de su carácter esporádico- es que envían un mensaje tremendamente conformista. No sólo con el mediocentro defensivo, también con los fichajes –“no tenemos urgencia, no creemos que haya una sola posición en la que estamos muy cojos- o los objetivos de temporada –“que estemos en esa posición en la que no hay riesgo y que veamos a lo mejor alguna ilusión”- sus palabras son alarmantes para cualquier aficionado mínimamente exigente.

Es ahí donde notas el ancla tirando de ti hacia tiempos mejores. Si Javier Subirats o Manolo Maciá hubiesen realizado estas declaraciones hace quince o veinte años, las críticas hubiesen sido bestiales. No hubiesen podido poner un pie en la calle. Digo más: si Braulio Vázquez hubiese enviado semejante mensaje al entorno, hubiese sido metafóricamente quemado a lo ‘bonzo’ en medio de la Plaza de la Afición. Y ya, en el ejemplo más reciente que me viene a la mente, imaginaos los ‘palazos’ a Mateu Alemany o Pablo Longoria si hubiesen osado poner tan bajo el listón hace apenas tres años y medio.

Se ha normalizado e interiorizado tanto el mensaje de mediocridad deportiva que no sólo no nos indigna; es que incluso podemos adivinar su contenido. Y si ese es el listón que se pone en el club, el futbolista puede relajarse y levantar el pie, porque ya sabe que para quedar décimo no hará falta precisamente dejarse el pellejo sobre el terreno de juego. Cuando el gato no está, los ratones bailan. Y cuando el Corona de turno hace esta radiografía de la situación deportiva del equipo y nadie levanta una ceja, es que el gato ni está ni se le espera a corto plazo.

Si el mensaje es que quedarse “anclado en el pasado” no mola, lo cierto es que institucionalmente el club lo bordó la semana pasada ante el Nottingham Forest, tratando de recubrir con papel de regalo un partido amistoso estándar que jamás fue concebido como “homenaje a Mestalla”. Dando como resultado una velada desangelada, con la triste estampa de veteranos como Guillot, Felman, Saura, Juan Muñoz… recibiendo un gélido aplauso de un estadio vacío en lugar de la atronadora ovación que merecerían en un coliseo a rebosar.

Me dolió mucho en lo personal, porque la cultura de club merece un trato mucho mejor. Un trato del estilo que el colectivo ‘Últimes Vesprades a Mestalla’ sí le dispensó este lunes: lámina conmemorativa del estadio, ayuda solidaria para Elvira Roda –descendiente de uno de los fundadores del Valencia FC- y una tertulia dura y realista con el salón de actos a rebosar y Rafa Lahuerta, Paco Lloret y Miquel Nadal diciendo las verdades del barquero. Desde tildar a Meriton como “un tigre de papel” hasta recordar a la masa social que el movimiento del cambio se demuestra andando: “Se acabó el tiempo de ‘les rajoletes’ y la erudición tontaina”. Por fortuna, los fastos que la Asociación de Futbolistas prepara para inicios de 2023 para homenajear al Camp de Mestalla sí parece que estarán a la altura.

El nuevo consejero Kiat Lim dijo hace apenas una semana, y lo oyeron estas orejitas, que no podía tolerarse un Valencia que llevase más de 1.000 días fuera de Europa y que ese siempre era el objetivo del club. Una semana después, el objetivo de Corona es “que veamos a lo mejor una ilusión” cuando llegue abril y no haga falta mirar hacia abajo con miedo. Tiros al aire. Mensajes contradictorios que acaban instaurando una bipolaridad absoluta en entorno y aficionados. Y si se te ocurre preguntar que quizá, sólo quizá, tener uno o dos perros de presa en la medular con la mili hecha para ‘atar’ los partidos más comprometidos le vendría genial a este equipo repleto de púbers y cedidos… resulta que ese tema ya se resolvió en su momento y que no hay debate.

Efectivamente: a veces es preferible estar anclado en el pasado cuando el presente es tan desolador y el futuro pinta igual de lastimoso.

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